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Ahora que llevamos un tiempo con los mercados en tendencia bajista, en el cual índices tan importantes como el Nasdaq100 y el SP500 han caído un 25% y un 16% respectivamente en lo que llevamos de año, quiero aprovechar a mencionar dos extractos del libro «El inversor inteligente» de Benjamin Graham que me han parecido muy interesantes.
Caídas en los mercados, momento de rebajas
Por un lado, un extracto en el que se hace una especie de metáfora mediante la cual se compara una gran caída en bolsa con una buena oportunidad de rebajas y descuentos en los mercados bursátiles:
Las acciones se están desplomando, por lo que enciende la televisión para ver las últimas noticias del mercado. Sin embargo, en vez de la CNBC o la CNN, imagine que puede sintonizar la Benjamín Graham Financial Network. En la BGFN, el sonido no refleja el famoso tañido de la campana al cierre del mercado; las imágenes no muestran a los corredores de un lado a otro del parqué en la bolsa, como si fuesen roedores sobreexcitados. La BGFN tampoco muestra imágenes de archivo de inversores que suspiran con desesperación en las aceras cubiertas de nieve al ver las flechas rojas en los indicadores de cotización que recorren las marquesinas de Times Square.
Al contrario, la imagen que llena la pantalla de su televisión es la fachada de la Bolsa de Nueva York, adornada con un enorme letrero en el que dice: «¡Ofertas! 50% de descuento». Como música de introducción, se puede escuchar a la Bachman- Turner Overdrive con su viejo clásico «Todavía no has visto nada». Después, el presentador anuncia alegremente «Las acciones han llegado a ser todavía más atractivas hoy, después de que el Dow descendiese otro 2,5% con un gran volumen de contratación, el cuarto día seguido que las acciones se abaratan. Los inversores del sector tecnológico han conseguido aún mejores resultados, puesto que las empresas líderes como Microsoft han perdido casi el 5% durante la jornada, gracias a lo cual ahora son todavía más económicas. Eso complementa las buenas noticias del año pasado, durante el cual las acciones redujeron su precio en casi el 50%, con lo que llegaron a unos niveles de oportunidad que no se veían desde hacía años. Algunos analistas destacados han hecho gala de optimismo, afirmando que los precios pueden reducirse aún más en las semanas y meses venideros». La emisión de noticias se interrumpe y entra en escena el estratega de mercado Ignatz Anderson de la firma de Wall Street Ketchum & Skinner, que afirma «Mi previsión es que las acciones perderán otro 15% antes de junio. Me muestro cautamente optimista acerca de que si todo va bien, las acciones podrían llegar a perder el 25%, e incluso más».
«Esperemos que Ignatz Anderson acierte», dice alegremente el presentador. «Una reducción del precio de las acciones serían fabulosas noticias para cualquier inversor que tuviera un horizonte de inversión a muy largo plazo. Y ahora veamos lo que tiene que decimos Wally Wood en nuestra previsión AccuWeather»
Por lo general, las caídas en las bolsas suelen sentar mal a los inversores y suelen ser momentos en los que la gente tiene miedo y prefiere tener su dinero en su cuenta de ahorros del banco. En cambio, cuando hay euforia en los mercados y estos no paran de subir, los inversores suelen estar contentos, y gente que nunca antes había invertido se muestra interesada en invertir y pide consejos a gente que tiene su dinero invertido.
Pero la realidad es que deberíamos comportarnos totalmente al revés y aprovecharnos de situaciones de descuentos en las bolsas. Si una empresa como Alphabet (Google) que cada año tiene unos beneficios mayores cae un 25% por causas ajenas a sus cuentas, deberíamos considerarlo como una época de rebajas en el cual deberíamos aprovecharnos de la situación.
Al igual que cuando compramos una chaqueta en las rebajas de invierno, nos sentimos bien porque hemos comprado algo que nos gusta a un precio que consideramos menor a su valor real, también deberíamos sentirnos contentos cuando compramos acciones de una empresa buena tras una depreciación de su cotización en bolsa siempre y cuando su cotización haya bajado por problemas ajenos a la empresa.
Invertir en fondos indexados
Por otro lado, un extracto en el que Benjamin Graham, uno de los maestros en el mundo de la inversión, apoya y defiende la inversión pasiva en fondos indexados:
Entonces, ¿qué debería hacer el inversor inteligente?
En primer lugar, tiene que darse cuenta de que un fondo de índice, que tiene en cartera todas las acciones del mercado, en todo momento, y que ha renunciado a cualquier tipo de pretensión de que vaya a ser capaz de elegir las «mejores» a la vez que evita las «peores», conseguirá a largo plazo mejores resultados que la mayoría de los fondos. Sus mínimos gastos generales y de explotación, de aproximadamente el 0,2% al año, y unos costes anuales de operación en el mercado de sólo el 0,1%, ofrecen a los fondos de índices una ventaja insuperable.
Si las acciones generan, por ejemplo, el 7% de rentabilidad anualizado a lo largo de los 20 próximos años, un fondo de índice de bajo coste como el Vanguard Total Stock Market ofrecerá una rentabilidad muy cercana al 6,7%. (Eso convertiría una inversión de 10.000 dólares en más de 36.000 dólares). Sin embargo, el fondo de inversión medio, con sus gastos de explotación y generales del 1,5% y aproximadamente el 2% en costes de operación en el mercado, tendría suerte si obtuviese el 3,5% al año. (Con esa rentabilidad, 10.000 dólares se convertirían en poco menos de 20.000 dólares, lo que sería casi el 50% menos que el resultado obtenido por el fondo de índice).
Los fondos de índices tienen sólo un defecto significativo: son aburridos. Nunca podrá alardear en una barbacoa de que tiene el dinero invertido en el fondo con mejores resultados del país. Nunca podrá impresionar a los demás diciendo que consigue mejores resultados que el mercado, porque el objetivo de un fondo de índice consiste en igualar la rentabilidad del mercado, no en superarla. El gestor de su fondo de índice no se la jugará apostando a que el siguiente sector con resultados brillantes será el del teletransporte, o el de los sitios web capaces de transmitir aromas, o el de las clínicas de pérdida de peso por telepatía; el fondo estará presente siempre en todas las empresas, y no sólo en aquellas que el gestor trate de adivinar que van a ser la siguiente maravilla. Sin embargo, a medida que pasen los años, la ventaja de coste de la indexación seguirá devengando rentabilidad incesantemente.
Tenga un fondo de índice durante 20 años o más, aportando dinero todos los meses, y podrá estar prácticamente seguro de que conseguirá mejores resultados que la inmensa mayoría de los inversores profesionales y particulares.
En los últimos años de subida, Graham alabó a los fondos de índices como la mejor opción para los inversores individuales, al igual que lo hace Warren Buffett.
Se puede ver claramente, que aunque Benjamin Graham o Warren Buffet sean inversores especializados en analizar empresas y seleccionar las mejores para obtener rentabilidades superiores a las que ofrecen los fondos indexados, ellos mismos saben que es muy difícil batir a un fondo índice, y animan a todo el mundo a invertir en fondos indexados.
Conclusión
Teniendo en cuenta estos dos extractos, tras unas bajadas importantes en las bolsas, creo que ofertas del 20% y del 25% no son ofertas que se suelen ver todos los días en los mercados, y por lo tanto, me parece muy buena idea aportar más dinero a los fondos indexados si ya somos inversores, y si no lo somos, me parece un gran momento para empezar a serlo.
De todas formas, siempre puede ocurrir que el mercado nos ofrezca mayores descuentos, por lo que aconsejo siempre guardar dinero por si nos encontramos con un «remate final» que nos permite ver carteles de «50% de descuento en todas las acciones del SP500» o «Compra diez acciones de Apple y llévate dos más de regalo».