Llevando desde 2015 invirtiendo, quiero destacar que la experiencia que he ido acumulando me ha servido para cambiar significativamente la manera de invertir y planear mis finanzas, y he considerado dividir mi corta vida como inversor en tres fases.
Supongo que como todo aquel que empieza a invertir, aunque no me fue del todo mal, en mis inicios cometí los mismos fallos (o no aciertos) que comete casi todo el mundo. Llamaré a esa fase “Mis inicios, lo que todo el mundo hace”.
Poco a poco, tras leer e informarme, e ir viendo los errores que estaba cometiendo, di un pequeño giro a la manera de invertir. Me abrí cuenta en otro bróker (uno low cost), empecé a invertir en empresas internacionales (fuera del Ibex), y empecé a operar en activos de más riesgo (ventas de puts en mi caso). Empecé a hacer las cosas bien, pero quise ir demasiado rápido. Llamaré a esta fase “Mi evolución y error de querer acelerar demasiado”.
Por último, tras la crisis de la pandemia del Covid-19, por circunstancias involuntarias, tuve que rehacer la cartera. Haber hecho cosas mal en mi segunda fase hizo que el puñetazo del Covid-19 me diera de lleno en la mandíbula, y en lugar de aprovechar esta crisis como una catapulta para obtener rentabilidades mayores y acortar los tiempos de retorno, se me fueron al traste los cinco años de inversión y tuve que empezar prácticamente desde cero. Volver a empezar, desde cero, pero haciéndome como regalo la experiencia de unos años invirtiendo que me han servido para aprender mucho. Llamaré a esta fase “A la tercera la vencida, restructuración de cartera”.